El Barrio de Santa María del Obraje se está convirtiendo en un detonador de la reactivación cultural, integración, crecimiento y consolidación económica de San Miguel de Allende.
La historia y participación del Obraje en la vida y actividad comunitaria de San Miguel se puede resumir por tres importantes etapas. La primera comienza en 1746, bajo el mando de Baltazar Sautto y Villachica, hombre recio y trabajador, empresario próspero destacando en el negocio de taller del Obraje y en la siembra y cultivo de grano en la región. Este importante esfuerzo empresarial hizo que, con el arduo trabajo y el tiempo, esta zona y todo el centro del bajío se convirtiera en uno de los graneros más importantes de la región.
Al mismo tiempo, el Obraje de Baltazar Sautto fue uno de los telares más importantes de la región, enviando mercancía desde San Miguel a la Ciudad de México y a todas las principales ciudades del país, esto gracias a la gran calidad de la lana, sus diseños y colores.
En estas fechas se empezó a desarrollar el Barrio del Obraje, denominándose en ese momento como San José del Obraje en honor a su Capilla del mismo nombre y su vocación económica. Gracias a estas actividades y a su esfuerzo emprendedor, Baltazar Sautto fue uno de los hombres más distinguidos y poderosos de la Villa de San Miguel El Grande, lo que le permitió amasar una importante fortuna. Además de ejercer el puesto de Regidor Perpetuo, fue elegido Alcalde ordinario y Diputado de alcabalas. Para finales de 1766 y junto con la muerte de Sautto, esta importante etapa empresarial agraria y manufacturera empezó a transformarse, pues el mundo estaba en el umbral de la Revolución Industrial que comenzó en 1760 y se desarrolló exponencialmente hasta 1890.
Nuevamente, el Barrio del Obraje, asumiendo su liderazgo como motor de desarrollo de la ciudad, y manteniéndola integrada al mundo, transformó su actividad económica reorientándola a la industrialización, y aquí comienza la segunda etapa.
Esta etapa de transformación comenzó cuando un grupo importante de inversionistas ingleses instaló una fábrica industrial a finales de 1890 en el Barrio del Obraje, la primera en su tipo, siguiendo la tendencia mundial para desarrollar mediante la tecnificación de los Obrajes o talleres de telares. Pasados los años, esta importantísima fábrica le fue dada en pago a la Familia Garay, una familia emprendedora y extraordinariamente trabajadora de españoles que bajo su tutela y liderazgo la transformó en una industria que le daría gran prestigio nacional e internacional a San Miguel de Allende y al Barrio, pues los productos que se producían de manta y mantilla, entre otros, se vendían por todo el país y se exportaban al mundo, haciendo a esta actividad un potencializador indiscutible y uno de los más importantes de la economía local.
Este motor de desarrollo económico perduró por más de 90 años generando trabajo y bienestar a la comunidad, hasta que cerró sus puertas por temas sindicales a finales del siglo pasado. Basado en la nueva tendencia y movimiento social en el mundo, se empezó a forjar la tercera etapa de evolución del Barrio del Obraje, que contiene un enfoque actualizado al de las dos anteriores, integrándose lo que hoy conocemos como Santa María del Obraje.
Pasado reciente y presente
El Barrio de Santa María del Obraje busca conservar y amalgamar varios elementos, para mantener el liderazgo y seguir siendo la zona de mayor influencia económica, social y cultural de la ciudad, además de ser un motor fundamental de desarrollo y conexión con el mundo.
En estos tiempos que conlleva grandes retos, siendo conocedor de la importancia en la generación de riqueza, bienestar y prestigio que esta zona ha aportado durante varios siglos, el trabajador, creador incansable y empresario Pablo Rodríguez tomó el liderazgo para seguir la transformación, entendiendo que se había acabado un ciclo agrícola e industrial y que empezaba una nueva etapa en la que el eje central sería el propio ser humano y no la producción de bienes.
Por ello emprendió una profunda evolución del Barrio, transformándolo en una conexión y contacto humano, a través de la vivencia de experiencias y goce de los sentidos, creando espacios holísticos que conectan con el espíritu, por lo que tomó como eje central la Cultura. El empresario Pablo Rodríguez, para el presente siglo mandó a restaurar un edificio en ruinas que data del siglo XVIII y lo convirtió en Centro Cultural para la presentación de algunos de los eventos más importantes de la ciudad, como el Festival Cervantino, el Festival de Música de Cámara de Invierno, el Festival de Música Barroca, el Festival de Jazz & Blues, el Festival de Teatro y Danza, y Conciertos Corales.
También se han realizado exposiciones, promoción de artistas, talleres de escultura, pintura, teatro y entretenimiento; y se han traído a algunos de los mejores arquitectos de México para embellecer el lugar y restaurar la Capilla de San José del Obraje, así como la Troje del siglo XVIII o la inigualable cortina de la Presa del siglo XIX. Entorno a este Centro, la actividad económica de la zona ha cambiado para convertirse en un polo de desarrollo económico, recientemente han arribado inversiones importantes como las del Hotel Live Aqua y el Restaurante Prime Steak House.
Asimismo, en este contexto de desarrollo, el empresario Pablo Rodríguez ha logrado que en este lugar sus habitantes y visitantes puedan disfrutar de un área donde la naturaleza se recrea junto al ser humano, la cual está contenida y adornada por la presa, que aún se mantiene en funcionamiento hidráulico y que, gracias al cuidado que se le ha dado, permite ser una zona de tránsito para los patos canadienses, la mariposa monarca y otros animales y plantas endémicas. Es un lugar inigualable por su belleza para la recreación y el esparcimiento humano. Por otra parte, con el cambio de la Fábrica de la Aurora que dejó de ser industrial, gracias a la familia Garay, se ha convertido en un Centro de Diseño y Arte.
Hoy en día, podemos decir que gracias a estas iniciativas empresariales se ha logrado integrar y desarrollar esta zona como una de las zonas más importantes de Cultura, Ecología, Arte, Entretenimiento, Recreación y Turismo, lo que está proyectando que el Barrio no solo sea un lugar indispensable de visitar y de vivir, sino que se está perfilando como un destino para mantener el liderazgo de siglos atrás, además de ser un polo de inversión de la más alta calidad y plusvalía de la ciudad y la región, mantenido el prestigio de la ciudad de San Miguel de Allende hacia el mundo.